John Wooden

HAZ DE CADA DÍA, TU OBRA MAESTRA
John Wooden (14 de Octubre 1910 - 4 de Junio 2010)

La madrugada del 4 de Junio, en el Centro Médico Ronald Reagan de Los Angeles, fallecía a los 99 años John Wooden, el mítico entrenador de la Universidad de UCLA. Ante esta terrible noticia para el mundo del baloncesto, es difícil hablar de una leyenda como John Wooden sin caer en los tópicos más frecuentes. Decir de él que es un ejemplo para varias generaciones, un modelo de entrenador que innovó y ganó infinidad de títulos; que dirigió a algunos de los más grandes; que fue uno de los padres que forjaron el baloncesto y lo convirtieron en ese deporte que hoy amamos, es quedarse corto, muy corto, frente a la propia esencia de lo que representa John Wooden: un amor desmedido por el baloncesto y su perseverancia por sacar lo mejor de cada persona con la que se encontró.

Pocos genios del baloncesto han sido capaces de formar parte del Hall of Fame en su doble condición de jugador y entrenador. Sólo Lenny Wilkens y Bill Sharman comparten ese honor con Wooden, pero mientras aquéllos jugaron y entrenaron en la NBA, mayor es el mérito del que fue considerado por muchos el mejor entrenador de la Historia, pues nunca entrenó en la NBA (ni jugó, por razones obvias, pues la NBA se creó años después de la retirada como jugador de Wooden).

Tras pasar brevemente por el banquillo de la Universidad de Indiana State (1946-1948), recaló en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), en 1948. Su fichaje por la universidad a la que convertiría en campeona por vez primera y referente durante una década, fue un golpe de suerte. A Wooden le habían ofrecido ser entrenador en la Universidad de Minnesota, pero le dijeron que lo llamarían por teléfono para confirmárselo. Una llamada que no llegó a la hora esperada, a causa de una tormenta de nieve que había cortado las líneas telefónicas en Minnesota. Quince minutos después, llamaban desde UCLA para ofrecerle el mismo trabajo, y Wooden aceptó, pensando que habían cambiado de opinión en Minnesota.

Una casualidad, que cambió la Historia de la NCAA.

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En UCLA logró llevar a la práctica el lema de la Universidad, Fiat Lux (Hágase la luz), pues llevó al equipo por vez primera a conseguir el título de la NCAA, y obtuvo con los Bruins 10 títulos de campeón de la NCAA en 12 temporadas (1964-1975), siete de ellos de forma consecutiva. Su dominio fue tal, que durante cuatro temporadas distintas, no perdieron un solo partido,estableciendo un récord de 88 victorias consecutivas, en el incomparable marco de las 620 victorias que avalan la carrera en los banquillos del "Mago de Westwood".

El Pauley Pavilion, pabellón de los Bruins, fue el escenario en el que Wooden desarrolló su prodigiosa capacidad estratégica. Con su inseparable programa enrollado en la mano, desplegaba innovadores recursos tácticos que maravillaban a sus incondicionales seguidores y devastaban a los rivales. Una de sus invenciones más recordadas es el célebre "Corte de UCLA", sin duda un arma ofensiva imparable desde 1968 a 1970, bajo la ejecución de Sidney Wicks y Henry Bibby (padre de Mike Bibby). Jugadores de la talla de Kareem Abdul-Jabbar o Bill Walton jugaron a sus órdenes en UCLA (antes de triunfar en la NBA), y destacaron la importante labor de Wooden, no sólo como entrenador, sino como psicólogo y como orientador personal, inculcándoles valores que los motivaron hasta lograr los mayores éxitos. "Es muy difícil hablar de él como de un simple entrenador, porque siempre fue una persona con muchas inquietudes que enseñó de una manera muy simple. Simplemente utilizó el deporte para enseñarnos cómo actuar ante cualquier tipo de situación en la vida", dice el mítico pívot de Los Angeles Lakers.

Los Lakers intentaron ficharlo en 1971, pero desistieron. Wooden no estaba interesado en el dinero: su mayor motivación era la enseñanza de los valores a través del deporte, sin que ello fuera en ningún caso en detrimento de la competitividad. Era reconocido por su integridad y para muchos jugadores era como un padre. "Lo que eres como persona es mucho más importante que lo que eres como jugador de baloncesto", rezaba una de sus máximas. Preguntado en alguna ocasión por el secreto de su larga vida, Wooden respondió "no tener miedo a la muerte y tener paz en tu interior.Todo en la vida son picos y valles: no permitas en ella ni picos muy altos, ni valles muy profundos". Frases que quedarán por y para siempre en los cuadernos de notas de quienes se sumerjan en la compleja tarea de aprender a vivir, a los cuales Wooden también les dijo "Aprende como si fueras a vivir para siempre, vive como si fueras a morir mañana".

Cada uno de sus jugadores aprendería a ponerse correctamente los calcetines y las zapatillas. Cada uno de ellos, aprendería a mantener el pelo corto y la cara bien afeitada, a pesar de las modas dictadas en la década de los 60 y los 70. "Deben preocuparse más de su carácter que de su reputación; su carácter es lo que realmente son, mientras que la reputación es lo que otros piensan que son". El día que la Universidad de Notre Dame puso fin a la racha de 88 victorias consecutivas, Wooden se negó a que hicieran declaraciones a la prensa: "Sólo los ganadores".


"Hemos perdido a un gigante del mundo del baloncesto. Ni sus logros como entrenador ni el impacto que tuvo entre sus jugadores será nunca igualado.Wooden es sinónimo de excelencia, fue uno de los grandes líderes, en cualquier ámbito. Hemos tenido la suerte de que el baloncesto se beneficiara de su talento durante tantos años", declaraba Mike Krzyzewsky, entrenador de la Universidad de Duke. "Si no ha sido tan importante para el baloncesto como James Naismith, se ha quedado muy cerca de él", reconocía el entrenador de la Universidad de Connecticut, Jim Calhoun.

"No sólo era el mejor entrenador de la historia de cualquier deporte, sino que ha sido una persona que ha ido más allá", "Fue una verdadera leyenda en su tiempo, y lo será de las generaciones que están por venir", "No hace falta ser un fanático del deporte para llorar la muerte de John Wooden", "Si hubiera un monte Rushmore de los deportes, John Wooden estaría en él". Han sido muchas las reacciones a la muerte del entrenador, del hombre, al que ahora lloran multitud de personalidades, no sólo relacionadas con el mundo del deporte.

Wooden fue un maestro que utilizó conceptos directos y sencillos. Autor de múltiples publicaciones, en las que plasmó su filosofía del baloncesto, su legado más célebre es la Pirámide del Éxito: una síntesis de valores positivos cuya gradación está destinada a la mejora personal del individuo, o lo que es lo mismo, una forma de entender el baloncesto que escapa más allá de la cancha y se aplica como filosofía de vida.

Wooden deja de esta forma a sus dos hijos, Nancy y James, a sus siete nietos, y trece bisnietos. En innumerables ocasiones tras la muerte de su esposa Nell (con la que estuvo casado desde 1932) en 1985, dijo haber perdido miedo a la muerte, dijo estar "deseando verla de nuevo". "Nuestra mente está en paz en este momento sabiendo que se ha ido a estar con nuestra madre, a quien no ha dejado nunca de amar y cuidar". Para Nancy y James Wooden, su padre "ha sido y será siempre la máxima figura de nuestra familia". "Ha estado ansioso por reunirse con Nell por y para siempre, asique no creo que ésta sea una experiencia triste para él", aseguraba el ex-entrenador de la Universidad de Arizona, Lute Olson.

Ha muerto un mito, pero queda su legado. Hasta siempre, Coach Wooden.


LA PIRÁMIDE DEL ÉXITO

Las Bases
Laboriosidad: Uno tiene que trabajar y trabajar duro. No hay substituto para el trabajo. Para Wooden no había otro camino para él éxito que el que se construye con el esfuerzo diario. Lo que viene pronto, pronto se va y sólo perdura aquello que se ha conseguido con el largo esfuerzo del trabajo constante.

Entusiasmo: Wooden creía en tándem esencial que éste formaba con la laboriosidad. Si no hay premio sin trabajo, tampoco puede haber trabajo sin antes la existencia de entusiasmo por lo que se hace. El corazón y la mente deben impulsar nuestras acciones.

Amistad: Para alcanzar el éxito, Wooden entendía que siempre debe prevalecer un sentimiento de amistad. Un sentimiento más poderoso que cualquier otro, que refuerza los vínculos de unión del grupo, da sentido al esfuerzo colectivo e impulsa el entusiasmo por el trabajo.

Lealtad: Sólo se puede entregar uno y trabajar firmemente en cuestiones en las que se es completamente leal. Si no se es leal no se podrá alcanzar la habilidad necesaria para el éxito, porque tampoco se confiará en él. Al igual que hay que ser leal con uno mismo, Wooden habla de la lealtad con los demás para conseguir el objetivo común.

Cooperación: Nuestro trabajo y forma de ser debe ser un estimulo para los compañeros. A estos se les debe ayudar para conseguir entre todos el mayor vinculo de unión. De igual modo, Wooden habla del respeto y entendimiento del rival.

El cuerpo de la pirámide
Iniciativa: No hay que esperar que lleguen las cosas, hay que ir a por ellas. La iniciativa es tener el coraje de tomar decisiones y tomar acciones. Nunca se debe de dejar de actuar por miedo al fracaso. Si no se actúa nunca se logrará triunfar. En el pensamiento de esta pirámide está la realidad de que el fracaso previo también forma parte del éxito.

Propósito: Previamente a cualquier acción hay que marcarse una hoja de ruta, una planificación que nos lleve al objetivo marcado. Hay que fijarse un objetivo, la perseverancia y la persistencia en lograr nuestra meta serán indispensables.

Auto control: Wooden habla de la necesidad de mantener el juicio y el sentido el común durante el largo camino de ascenso por la pirámide. En los momentos de tensión, donde flaqueen las fuerzas o falte confianza, no hay que perder la noción de la realidad que nos rodea.

Mantenerse Alerta: No hay mayor peligro que el exceso de confianza. Wooden decía que el éxito sólo que consigue si se permanece en constante vigilancia, se observa la realidad en la que actuamos y nos adaptamos a los cambios que en ella se produzcan. Dormirse o confiarse en exceso pueden ser perjudiciales, por lo que hay que estar siempre alertas al cambio y dispuestos a aprender

Condición: Entramos en la parte más importante de la pirámide. Wooden no habla de una condición estrictamente con valores deportivos, es mucho más global en su definición. La preparación de la condición física, mental y emocional es fundamental para alcanzar nuestros objetivos y por ello hay que preparar el cuerpo y la mente para cada situación.

Destreza: Forman un total de habilidades necesaria para la buena consecución de nuestras acciones. Hay que trabajarlas y mejorarlas porque, es esencial no sólo saber lo que hace, hay que estar preparado para hacer de forma rápida y correctamente.

Espíritu de equipo: Wooden siempre pensaba que cada individuo debía pensar de forma colectiva. La persona dentro de un conjunto. No hay que anteponer la voluntad individual sobre la del grupo, las metas particulares quedan supeditadas al éxito del grupo. Sólo la fuerza y la unión de todos es lo que llevará a un equipo al triunfo.

El vértice
Carácter: Wooden se adentra en la parte superior de su pirámide. Considera que todos los elementos que aquí aparecen son el resultado de la firme existencia de todos los elementos previos. Así, el carácter, indispensable para alcanzar el éxito, es producto de todo un trabajo previo, tanto colectivo como individual, que nos marca como individuos. Wooden no quería falsas imitaciones o que se actuara, para él las personas con carácter son las personas que son auténticas. Además, el carácter de los individuos y los grupos es necesario porque deberá surgir cuando todo se ponga en contra.

Confianza: Nadie más que uno mismo debe creer en nuestras posibilidades. Wooden hablar de confianza en nuestras posibilidades. Habla de que el orgullo, sin caer en la prepotencia, es necesario para actuar. Hay que confiar en lo que seamos capaces de hacer para que luego también las personas confíen en nosotros.

Competititividad: No será fácil alcanzar la cima, pero la dificultad de la meta hará más atractiva su consecución. Wooden hablaba de saber competir, de crecerse en los momentos de dificultad y responder con valentía a los retos. Sólo sabiendo competir se puede vencer.

Wooden, at his Encino home, reads from an assembled book of poems sent to him by one of his former players, Swen Nater.
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"EL ÉXITO ES LA PAZ INTERIOR QUE RESULTA DIRECTAMENTE DE LA SATISFACCIÓN DE SABER QUE HAS HECHO TODO LO POSIBLE PARA SER TAN BUENO COMO ERES CAPAZ" 

--- John Wooden ---